7 mitos sobre los productos biodegradables que debes dejar de creer

El interés por los productos biodegradables y compostables crece cada día, pero también lo hacen los mitos y confusiones que rodean a este tipo de soluciones sostenibles. Muchos negocios y consumidores dudan si realmente funcionan, si son más caros o si su impacto positivo es tan grande como se dice.
En este artículo te contamos los 7 mitos más comunes sobre los productos biodegradables… y la verdad detrás de ellos.
1. “Todos los productos biodegradables se degradan en la naturaleza por sí solos”
Falso.
Un producto biodegradable necesita condiciones específicas de humedad, temperatura y microorganismos para descomponerse correctamente. No significa que puedas tirarlo al campo y desaparezca mágicamente.
Los envases compostables certificados, por ejemplo, requieren de instalaciones de compostaje industrial o doméstico para transformarse en abono.
2. “Lo biodegradable y lo compostable es lo mismo”
Otro error frecuente.
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Biodegradable: todo material que se descompone en la naturaleza con el tiempo gracias a la acción de bacterias, hongos o microorganismos.
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Compostable: además de ser biodegradable, se transforma en compost o abono en un plazo determinado y sin dejar residuos tóxicos.
En resumen: todo compostable es biodegradable, pero no todo biodegradable es compostable.
3. “Los productos biodegradables son más caros”
Parcialmente cierto… pero con matices.
Algunos envases biodegradables pueden tener un precio ligeramente superior al plástico convencional. Sin embargo:
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Se compran cada vez más al por mayor, lo que reduce costes.
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Aumentan la imagen positiva de tu negocio.
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En muchos casos, ayudan a cumplir con normativas y evitar sanciones.
Al final, la inversión en sostenibilidad también se traduce en rentabilidad.
4. “Biodegradable significa que desaparece en pocos días”
No siempre.
El tiempo de descomposición depende del material:
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Bolsas de almidón de maíz → semanas.
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Vasos de PLA (bioplástico) → meses.
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Envases de bagazo de caña de azúcar → menos de 90 días en condiciones de compostaje.
Por eso es importante verificar que el producto tenga certificaciones como EN 13432 o OK Compost.
5. “Biodegradable equivale a reciclable”
Falso.
Son conceptos distintos:
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Reciclable: el material se procesa para crear nuevos productos.
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Biodegradable: el material se descompone de manera natural.
Un envase puede ser reciclable pero no biodegradable, o biodegradable pero no apto para reciclaje. Lo clave es depositarlo en el contenedor adecuado.
6. “No hace falta revisar certificaciones”
Mucho cuidado.
El mercado está lleno de productos que se venden como “ecológicos” pero no lo son realmente (greenwashing). Para asegurarte de que un producto es biodegradable o compostable:
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Busca sellos como OK Compost Home, OK Compost Industrial, FSC, PEFC.
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Consulta al proveedor sobre la trazabilidad de materiales.
En Envagreen, por ejemplo, todos nuestros productos están respaldados por certificaciones europeas reconocidas.
7. “Un solo producto biodegradable no marca la diferencia”
Todo lo contrario.
Cada pequeña acción cuenta. Si una cafetería cambia sus vasos de plástico por vasos compostables, puede evitar toneladas de residuos en un solo año.
El consumo responsable empieza con decisiones individuales, que sumadas generan un gran impacto positivo en el medio ambiente.
Más verdad, menos mitos
Los productos biodegradables y compostables no son una moda: son una necesidad real para reducir residuos plásticos y avanzar hacia una economía más circular y sostenible.
Conocer la diferencia entre mito y realidad te ayudará a elegir mejor, exigir certificaciones y confiar en proveedores responsables.
En Envagreen trabajamos para ofrecerte envases y utensilios biodegradables certificados, con entrega rápida y la garantía de que estás apostando por el futuro del planeta.